Petorca, en la Región de Valparaíso, ha sido durante años sinónimo de sequía y desigualdad hídrica. La Escuelita de Justicia Climática y Falsas Soluciones, impulsada por la Plataforma Latinoamericana y del Caribe por la Justicia Climática (PLACJC) y la Campaña Global para Exigir Justicia Climática (DCJ-LAC), nació precisamente allí, donde el agua dejó de ser un derecho para transformarse en mercancía.
⛰️ Al interior de la Región de Valparaíso se encuentra Petorca, donde nos dirigimos a realizar la primera Escuelita de Justicia Climática y Falsas Soluciones tras el IV Encuentro Latinoamericano y del Caribe por la Justicia Climática. Un día lleno de cariño y aprendizajes desde el impulso de comunidades que en sí mismas son una alternativa a la crisis 🌊 poniendo la vida en el centro. 💧 Hito que marca la primera experiencia utilizando nuestras fichas de metodologías de educación popular.
A través de dinámicas como Memorias del Territorio, las y los participantes reconstruyeron la historia ambiental del valle: de los inviernos lluviosos de los años 60, donde abundaban peces y hierbas silvestres, al presente marcado por los monocultivos, los embalses y la pérdida de biodiversidad. La nostalgia se transformó en reflexión colectiva sobre la necesidad de recuperar los saberes locales —como leer el cielo o el comportamiento de los animales—, prácticas que la modernidad ha ido desplazando.
En los grupos de trabajo se coincidió en que el extractivismo —expresado en la minería, el monocultivo y la agroindustria— desgasta el suelo y concentra el agua, mientras el neoliberalismo refuerza la desigualdad. También se discutió el papel de los medios y la desinformación que beneficia a las corporaciones, así como la tecnificación excesiva del debate climático que excluye la voz de las comunidades.
Los impactos son múltiples: pérdida de suelos cultivables, migración rural, incendios forestales y precarización de derechos básicos.
A partir de esa memoria, las y los participantes analizaron las causas de la crisis climática, identificando el extractivismo, la privatización del agua y las políticas neoliberales como ejes centrales. En palabras del documento, se reconoció “el entrelazamiento perverso entre corporaciones y gobiernos, donde las mismas empresas que generan el problema se presentan como dueñas de la solución, reforzando un circuito perverso.”
También se cuestionó la tecnificación del debate climático, que convierte asuntos cotidianos y relevantes para toda la población en temas altamente técnicos, lo que termina alejando la participación social y ciudadana en la toma de decisiones.
Los impactos descritos fueron múltiples: pérdida de suelos cultivables, migración interna, incendios forestales y deterioro de la salud mental y ambiental.
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Desde Petorca, el activista del Movimiento por el Agua y los Territorios y Chile Sin Ecocidio, Nicolás Quiroz, dedicó las siguientes palabras a la actividad, que se consigna como la primera escuela y puntapié inicial a diversos esfuerzos de educación popular.
🙏💚 Agradecimiento desde Petorca
Queremos dar las gracias a todas y todos quienes participaron en la Jornada de la Escuelita de las Falsas Soluciones y la Justicia Climática, realizada en la Casona de Quebrada de Castro, Petorca, en el marco del encuentro IV Encuentro Latinoamericano y del Caribe por la Justicia Climática.
Desde las y los defensores del territorio reafirmamos nuestro compromiso y hacemos un llamado a articular las comunidades, poner en valor las alternativas reales y seguir avanzando hacia una sociedad basada en la justicia social y climática.
✊🌱 ¡Seguimos tejiendo caminos colectivos por la vida y contra el extractivismo!
Falsas soluciones: el espejismo del progreso
La Escuelita también permitió identificar las falsas soluciones que se promueven desde políticas públicas y empresas privadas. Entre ellas, los embalses, desaladoras y megaproyectos de energía.
El Embalse Las Palmas fue mencionado como “una falsa solución a la crisis climática. No existe suficiente recurso hídrico para llenarlo. Genera daños a la flora y fauna. Afecta la economía local: se cercan terrenos, se impide el pastoreo de cabras.”
Respecto de las desaladoras, se advirtió que “consumen una enorme cantidad de energía” y que “responden sobre todo a intereses de la minería.” Mientras tanto, los paneles fotovoltaicos también fueron objeto de crítica, pues “no abaratan la energía para la población, mantienen los mismos costos y concentran ganancias en grandes empresas.”
Estas discusiones no fueron solo técnicas, sino también éticas: las comunidades se preguntaron cómo almacenar agua o producir energía sin repetir las lógicas de despojo.
La Escuelita fue el punto de cierre del IV Encuentro Latinoamericano y del Caribe por la Justicia Climática, en Valparaíso y durante toda la mañana y tarde reunió a distintas generaciones a conversar sobre memoria y justicia climática.
Este sensible registro fotográfico fue realizado por Paulina Veloso, defensora y parte del Colectivo VientoSur.
Entre las conclusiones finales, la Escuelita destacó que las transformaciones reales no vendrán desde las cumbres internacionales, sino desde la organización territorial. “Lo más relevante es que las decisiones se construyan en común, en base a los saberes compartidos, reconociendo que nadie sabe más que el resto y que la acción debe ser colectiva.”
Puedes leer acá sobre el III Encuentro.



































